Recuerdo de Valparaíso

Hace un par de años, “googleando” información sobre Ludomilia Sotomayor Larrañaga, una de mis  cuartas abuelas por lado materno, me encontré con unas partituras de un valse antiguo, del siglo XIX, llamado “Recuerdo de Valparaíso”. Estas partituras, que se pueden revisar en este enlace 1), mencionan lo siguiente:

Valse compuesto y dedicado a la señorita Luisa Cecilia Gachot. Por su discípula y amiga Ludomilia Sotomayor“.

En ese momento este descubrimiento me pareció súper interesante y  claro la curiosidad y las ganas de saber más sobre el tema me invadieron. Lo primero que hice, pensando en que pudiese ser un caso de homonimia 2), fue plantearme la siguiente pregunta: ¿Será la compositora de este valse  la misma persona de quien buscaba información? La respuesta evidentemente es sí, sino no habría escrito este artículo… pero antes de presentar  las evidencias que vinculan a la Ludomilia compositora con mi cuarta abuela  les contaré un poco sobre ella.

 

CONOZCAMOS a Ludomilia Sotomayor Larrañaga

Ludomilia nació el 22 de mayo de 1850 en Valparaíso y fue bautizada en la parroquia de los Doce Apóstoles de la misma ciudad. Hija legítima de José Santos Sotomayor Doria y de Sinforosa Larrañaga Cordero, era la segunda de diez hijos. No tengo muchos antecedentes como para establecer que tipo de familia eran, pero a mi parecer eran una familia  con un buen pasar.

El 7 de octubre de 1872 contrajo matrimonio en la misma iglesia en la que había sido bautizada con Nicasio Fermín Molina Gacitúa, natural de Magallanes, vecino de Valparaíso. Hijo legítimo de José Manuel Molina y de Emilia Gacitua.  Nicasio era el segundo de dos hijos, descendiente de una familia con tradición militar, sus dos abuelos habían sido sargentos mayores del ejército, su padre aunque había fallecido a corta edad llego a ser capitán  y su hermano Francisco Javier Molina Gacitúa, fue  contraalmirante de la Armada de Chile.

Ludomilia y Nicacio tuvieron dos hijos, Manuel, quien falleció joven a la edad de 22 años y mi tatarabuela María Estela Molina Sotomayor, nacida el 15 de noviembre de 1876 en Valparaíso.

Finalmente, murió muy joven en San Felipe el 7 de noviembre de 1878, a la edad de 28 años. En menos de 6 años se había casado, sido madre y fallecido.

Ludomilia Sotomayor (1850-1878)

las Mujeres y la MÚSICA en el siglo XIX

Para tratar de darle un contexto histórico-social a este post y a la historia de Ludomilia me puse a buscar información y me encontré con un ensayo 3) muy interesante que analiza justamente a las mujeres de la época y su afición por la música, de donde extraigo y expongo algunas ideas:

En la segunda mitad del siglo XIX existía un sistema de educación que priorizaba la enseñanza de la lectura y la escritura, la enseñanza artística era secundaria y los que tenían más acceso a ella era la élite, generalmente los hombres se iban por el lado del dibujo y las mujeres por la música.

Los estratos sociales más altos tenían acceso  a objetos importados  como instrumentos, partituras y manuales. Además, de poseer los recursos para poder pagar a maestros que los instruían en la práctica y lectura de la música escrita.

La sociedad, gracias a la masificación de la educación, tenía acceso al consumo de la literatura mediante las publicaciones periódicas, como diarios, revistas y semanarios. Estas publicaciones estaban orientadas al público femenino, quienes podían encontrar en ellas novelas, folletines y partituras de música de salón.

Las mujeres practicaban la música de manera “aficionada”  en la intimidad de su hogar para el agrado de su familia y de su propio goce. El aprendizaje comenzaba de manera autodidacta en su casa y luego bajo la supervisión de un profesor de quien aprendían canto, piano, armonía y composición.

Esto produjo que un elevado número de pianistas amateurs,  algunas bastante talentosas se sintieran motivadas para mostrar sus aptitudes musicales, llegando algunas de ellas a editar y publicar algunas de sus creaciones.

En algunos casos las composiciones estaban destinadas a ser exhibidas en privado, posiblemente, con sus más cercanos, ligados por lazos de parentesco y amistad.

Saber componer y tocar música, además de ser un símbolo de distinción y ser un medio de esparcimiento para las mujeres, les permitía animar y participar activamente de veladas familiares y de tertulias. Dentro de ese contexto, la práctica musical constituyó un medio de expresión “autorizado” para las damas de la época.

Tertulia

“Una Tertulia en 1840” por Claudio Gay

La dedicatoria

Después de este resumido contexto histórico-social que nos sirve para imaginarnos eventualmente como fue que Ludomilia se interesó y se desenvolvió en este tema, les expongo qué fue lo que finalmente me permitió confirmar que mi antepasada era compositora de música; y esto fue el hallazgo en otra fuente 4) donde se la reconocía nuevamente como autora de otra pieza, titulada “El Regreso” pero esta vez con una dedicatoria a un familiar el cual mencioné anteriormente:

El Ruiseñor 5) N°3, domingo 16 de mayo de 1875. “El Regreso”. Cuadrillas para piano por Ludomilia Sotomayor de Molinas. “A mi hermano político, Francisco Javier Molinas Gacitúa“.

Ya con la seguridad y la confirmación de que las aptitudes musicales pertenecían a mi trastatarabuela, habilidades que claramente yo no heredé, quería a como dé lugar escuchar este valse, así es que contraté a un pianista para que interpretara las partituras y me las grabara.

Así que para concluir este post, el cual espero les haya gustado, los invito a relajarse e imaginarse en una tertulia en Valparaíso por el año 1875 y a escuchar esta hermosa melodía:

Valse “Recuerdo de Valparaíso”, compuesto por Ludomilia Sotomayor Larrañaga

Notas

Notas
1 Partituras de la antigua Casa Amarilla de Valparaíso, Sistema de Biblioteca Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
2 La homonimia es definida como la similitud de nombres y apellidos entre personas.
3 Fernanda Vera Malhue, La composición musical de mujeres de élite durante la segunda mitad del siglo XIX en Chile. Escena, Revista de las Artes, Volumen 79, N°2, 2020
4 Eugenio Pereira Salas, Biobibliográfia Musical de Chile Desde los Orígenes a 1886, Ediciones de la Universidad de Chile, Santiago, 1978, pág. 111.
5 El Ruiseñor era un Periódico puramente musical de todos los domingos, del cual aparecieron 5 números en Valparaíso el año 1875.

Santiago Vincenti O’Ryan

Este artículo repasa algunos hechos vividos por  Don Santiago Vincenti O’Ryan, uno de mis 6° abuelos, en el ocaso de su vida, durante la época de la independencia de Chile.

Era español descendiente de Italianos e Irlandeses, uno de los fundadores del apellido  O’Ryan en Chile, apellido que prevaleció por sobre  el  primero que era Vincenti, que por alguna razón se perdió con el paso del tiempo, quizás confundido con el nombre Vicente, de hecho algunos de sus hijos, incluso nietos lo anteponían al O’Ryan.

Aunque  faltan muchos datos por recopilar e información por  verificar,  con lo investigado hasta ahora es suficiente para contar parte de su historia.

Contexto histórico.

El 12 de febrero de 1817, el ejército Libertador de los Andes venció al ejército Realista en la llamada Batalla de Chacabuco, lo que provocó la huida de las fuerzas leales al rey hacia el sur犀利士
del país, dejando el camino libre para que el 16 del mismo mes, O’Higgins , ante una ciudad de Santiago convulsionada por la victoria patriota, tomara el mando del gobierno de Chile.

Batalla de Chacabuco

Tropas chilenas y argentinas rumbo a la Batalla de Chacabuco, lideradas por José de San Martín. Pintura de Pedro Subercaseaux.

Dos días más tarde, el nuevo gobierno, en una especie de revancha, aplica medidas bastante represivas contra los españoles, a quienes después de la Batalla de Rancagua se les había pasado la mano con la persecución que ejercieron contra los patriotas, a los cuales les quitaron sus bienes, expropiaron sus propiedades, encarcelaron, desterraron y a algunos hasta  los ejecutaron.

Una de las primeras medidas que impuso, fue la prohibición de andar libremente por las calles a cualquier español europeo o americano que fuera reconocido enemigo de la causa patriota, a los cuales se les aplicaba pena de muerte si es que eran descubiertos desacatando este decreto. Tampoco podían reunirse de a más de tres, ni siquiera en sus propias casas, de lo contrario arriesgaban el mismo castigo.

El 12 de marzo O’Higgins complementando estas medidas dio un plazo de 48 horas para que cualquiera que se hubiese declarado a favor del rey, presentará una carta donde revindicara sus ideas. Al mismo tiempo mandaba a conformar un Tribunal de Calificación compuesto por tres individuos, quienes debían dar visto bueno a todos los que quisieran, a partir de ese momento, ser considerados como patriotas1).

Como llegaba Don Santiago a ese momento.

Santiago Vincenti O’Ryan era español, nacido el 14 de septiembre de 1757, en Sanlúcar de Barrameda, una ciudad cercana a Cádiz, hijo legítimo de Pedro Juan de Vincenti y Conteri, natural de Locana, Italia y de Luisa Ryan y Armelin natural de Gandía , Valencia2).

Vino a Chile alrededor de 1780, se casó en Mincha con Doña Marcelina Guerra, nacida en esa misma villa. Se establecieron en Illapel, por ese entonces conocido como “San Rafael de Rozas” lugar del cual son naturales la mayoría de sus hijos y donde además se desempeñó a partir de Enero de 1790 como Alcalde y en otros momentos como Regidor del mismo pueblo3). Se hizo de propiedades y de algunas minas ubicadas en la ribera del río Choapa en donde explotaba cobre y oro4).

Se mantuvo en Illapel hasta que el 28 de noviembre de 1804 se le asigna el título de Contador de la Casa de Moneda de Chile, cargo que habría obtenido por influencia de su hermano Juan Pedro Vincenti O’Ryan5), Ministro Consejero de Hacienda de España, cercano al Príncipe de la Paz, Don Manuel de Godoy y Álvarez de Faria, quien fuese hombre de confianza y primer ministro del Rey Carlos IV entre 1792 y 1798.

Estuvo presente en el Cabildo abierto del 18 de septiembre de 1810 que determinó a la Primera Junta Nacional de Gobierno de Chile, donde firmó el acta en representación de la Casa de Moneda como Contador Mayor, por ausencia del señor Superintendente, Don José Santiago Portales Larraín, también firmó por derecho propio como jefe de oficina de la misma. Además firmó el Reglamento Constitucional Provisorio, sancionado el 26 de octubre de 1812, ostentando el mismo cargo anterior6).

Primera Junta de Gobierno

Primera Junta de Gobierno, de Nicolás Guzmán (1889).

La posición de Don Santiago tras la victoria patriota.

Volviendo a 1817, el antes mencionado Tribunal de Calificación, distinguía a Don Santiago en una lista de ciudadanos y su posición con respecto a la causa patriota como:

“Europeos que no declaran adhesión al sistema liberal, sin embargo demuestran obediencia a las autoridades que los rigen, no han hecho mal, y están calificados como hombres de bien”.

Una descripción que podía interpretarse como piadosa y augurar un buen futuro.

Sin Embargo el 12 de abril, el tribunal, informaba al Director Supremo, sobre los europeos que se hallaban empleados en la Casa de Moneda, a quienes se les suspendía el sueldo, dentro de esta lista se encontraba el Ministro Contador, Don Santiago Vincenti O’Ryan, quien había presentado a la junta una carta solicitando la ciudadanía, pero que por razones aún desconocidas no la habría obtenido7).

Finalmente el 16 de agosto su solicitud era definitivamente rechazada y el día 23 era violentamente despojado de su cargo por las tropas insurgentes, puesto en un calabozo y posteriormente llevado como prisionero a Mendoza. El mismo Don Santiago nos relata su experiencia  a través de la siguiente transcripción:

“Don Santiago Vincenti O’Ryan, Ministro Contador de la Real Casa de Moneda de Santiago de Chile, residente en esta ciudad, a su señoría con la atención debida hago presente que a consecuencia de la pérdida de aquella capital, tomada por los insurgentes de la América del Sur, no solo fui despojado del empleo con que su majestad me había condecorado, sino también fui arrastrado a los más estrechos calabozos como el más infame de los delincuentes, de cuya triste situación me liberé para ser confinado fuera del reino, con el dolor de dejar abandonada en él una numerosa familia, sin más amparo que el del cielo. Conducido a la ciudad de Mendoza junto con trescientos prisioneros, fui detenido en ella hasta lograr permiso de pasar a la Capital del Río de la Plata y consecutivamente al cabo de un año pude pasar a la ciudad de Montevideo, sufriendo en tan larga y penosa peregrinación los mayores atrasos y escaseces que son consiguientes al triste estado al que quede reducido y para cuyo remedio solo me quedaba el arriesgado recurso de pasar a esta península, no obstante la avanzada edad en que me hallaba y a todos los achaques adquiridos…”

El texto anterior fue extraído de un documento que fue presentado por Don Santiago en marzo de 1820, fecha aproximada a la de su arribo a Cádiz tras su huida, ante un Juez de aquel puerto, donde además se menciona que fue trasladado desde su cautiverio en Mendoza a Buenos Aires en marzo de 1818 y que se logró fugar desde Montevideo el año de 1819 para finalmente arribar a España en la fecha antes mencionada8).

Finalmente Don Santiago murió entre 1821 y 1823 en España, lejos de su familia, sus amigos y seres queridos que dejo en Chile víctima de un destierro quizás injusto, quizás no tanto, eso por ahora no lo sabemos. Lo que sí sabemos es que dejó una gran descendencia a través de sus hijos y nietos que perdura hasta nuestros días.

Santiago Vincenti O'Ryan

Rúbrica de Santiago Vincenti O’Ryan, Diciembre de 1820

Notas

Notas
1 Diego Barros Arana, Historia Jeneral de Chile, XI, Rafael Jover, editor, Santiago, 1890, 7-18.
2 Gabriel Guarda, La sociedad en Chile austral antes de la colonización alemana : Valdivia, Osorno, Río Bueno, La Unión : 1645-1850, Ediciones Universidad Católica de Chile, Santiago, 2006, 547.
3 Libro becerro de Illapel
4 Archivo Nacional de Chile, Tribunal de Minería, Vol 13, pieza 5.ª
5 Archivo Epistolar De La Familia Eyzaguirre, 99
6 Anales de la República, editado por Luis Valencia Avaria, 7, 47
7 Archivo Nacional, Archivo de don Bernardo O’Higgins, XXII,42,100,119
8 Archivo Histórico Nacional de España, Ministerio de Hacienda, 1252, exp. 123, Expediente de clasificación de jubilación de Santiago Vincenti Orian, Contador de la Casa de la Moneda de Chile